Publicada el 20/05/2020
ISO 22395: Pautas para apoyar a personas vulnerables en emergencias
Todos sentimos el impacto de Covid-19, pero algunas personas están en mayor riesgo que otras. ¿Cómo pueden las comunidades identificar a las personas vulnerables y garantizar que obtengan la ayuda que necesitan? La guía estructurada sobre cómo hacer eso puede proporcionar una línea de vida a las comunidades que ya están al límite.
Pocos de nosotros estábamos preparados para la pandemia actual, pero está claro que algunos son más vulnerables que otros, ya sea debido a su estado actual de salud física o mental o su situación social. Al igual que con cualquier tipo de crisis, exactamente quién es más vulnerable depende de lo que conlleve la crisis, pero lo cierto es que esas personas necesitan tipos específicos de asistencia.
La orientación acordada internacionalmente para cualquier organización encargada de ayudar a los miembros más vulnerables de nuestra comunidad, incluidos los gobiernos, las asociaciones, los servicios de emergencia y los grupos comunitarios, puede ayudar a implementar estrategias a un ritmo mucho más rápido, asegurando que nadie se quede atrás.
Identificar quién es vulnerable y está en mayor riesgo es el primer gran desafío, a partir del cual se pueden desarrollar estrategias adecuadas para establecer lo que estas personas necesitan y prepararlas para que realmente reciban ayuda, y para ayudarse a sí mismas. Esto podría incluir los tipos de información que requieren para reducir sus niveles de ansiedad y ser más receptivos a la ayuda que se ofrece.
Lo que es más, ayudar efectivamente a las personas vulnerables no se trata de dar folletos. Lo más importante es poder ver qué capacidades tienen actualmente y cómo pueden ayudarse a sí mismos, no es una tarea fácil, pero es esencial cuando se agotan los recursos.
Momentos como estos también requieren una mayor movilización de voluntarios, sin embargo, organizar a las personas que tienen la voluntad, pero no necesariamente las habilidades o la experiencia para ayudar, es un desafío en sí mismo. La resiliencia de la comunidad es esencial a este respecto porque la diferencia potencial que pueden hacer los voluntarios es enorme. La variedad de habilidades que se ofrecen, así como el conocimiento y los contactos locales, es vital cuando se necesitan todas las manos en la cubierta.
La orientación contenida en ISO 22319, Seguridad y resiliencia - Resiliencia comunitaria - Directrices para planificar la participación de voluntarios espontáneos, puede ayudar a las organizaciones involucradas en la coordinación de la ayuda para gestionar el proceso de movilización de voluntarios e integrarlos de manera efectiva en las actividades de respuesta.
La unión es la clave para sobrevivir en tiempos de crisis y reforzar la resiliencia de las comunidades a través de planes y listas de verificación bien pensadas que pueden marcar la diferencia
Fuente: Iso.org
