Publicada el 01/05/2015
Según la Ley 22/2011, de residuos y suelos contaminados, en su Articulo 44 ya indica que en cuanto a la realización de inspecciones se pueden tomar en consideración los registros efectuados con arreglo al Sistema Comunitario de Gestión y Auditoría Ambientales (Reglamento EMAS), u otros equivalentes (por ejemplo: ISO 14001), especialmente en lo que se refiere a la frecuencia e intensidad de las inspecciones. Por otra parte, esta misma ley reconoce en su Anexo IV como medida de prevención de residuos la promoción de sistemas de gestión ambiental: Reglamento EMAS ó ISO 14001.
La Ley 26/2007 de responsabilidad ambiental establece la obligación de constituir garantía financiera, a aquellas empresas que puedan causar daños cuya reparación se valore mayor a 300.000 euros. Sin embargo, están exentas de esta obligación aquéllas que tengan implantado la ISO 14001 o el EMAS, siempre que la valoración de los daños potenciales no supere los 2.000.000 euros.
En el Real Decreto 509/2007, por el que se aprueba el Reglamento sobre la prevención y control integrados de la contaminación, se establece que para aquellas actividades en las que se apliquen sistemas de gestión ambiental certificados mediante EMAS o ISO 14001, las comunidades autónomas podrán establecer normas más simples de comprobación.
Por último, las empresas de acuicultura, cuando ocupan o aprovechan el dominio público, están obligadas a pagar un canon que puede reducirse en un 40% cuando implantan y mantienen sistemas de gestión ambiental según el Reglamento EMAS o ISO 14001.
La recientemente publicada Ley 8/2014, de 14 de Octubre, por la qu ese modifica la Ley 11/2003, de Prevención Ambiental de Castilla y León, en su artículo 39 referido a la revisión de la autorización ambiental indica que "la demostración del adecuado comportamiento ambiental puede llevarse a cabo mediante la certificación de un sistema de gestión medioambiental en la instalación basado en la norma ISO 14001 o estar acogido al EMAS"
Por lo tanto, las empresas que trabajan con estos sistemas tienen, cada vez más, distintas ventajas (en función de su actividad), sobre las que no tienen implantado un sistema de gestión ambiental certificado/verificado.